Fuensanta:
Dame todas las lágrimas del mar.
Mis ojos están secos y yo sufro
Unas inmensas ganas de llorar.
Yo no sé si estoy triste por el alma
De mis fieles difuntos
Porque nuestros mustios corazones
Nunca estarán juntos.
Hazme llorar, hermana,
Y la piedad cristiana
De tu manto inconsútil
Enjúgueme los llantos con que llore.
El tiempo amargo de mi vida inútil.
Fuensanta:
¿Tú conoces el mar?
Dicen que es menos grande y menos hondo
Que el pesar.
Yo no sé ni por qué quiero llorar:
Será tal vez por el pesar que escondo
Tal vez por mi infinita sed de amar.
Hermana:
Dame todas las lágrimas del mar…